06 agosto 2008

El color de los objetos

La luz blanca que proviene del sol es una combinación de todos los colores. Cada color está caracterizado por una frecuencia y una longitud de onda, de tal manera que la luz blanca está compuesta de luz de diferentes frecuencias, llamadas frecuencias visibles.

Al descomponer la luz blanca en sus diferentes colores o frecuencias se ve que la intensidad no es la misma para todos los colores que la forman. Las frecuencias más bajas que corresponden a la región del rojo son menos intensas que las frecuencias medias del amarillo y verde, por lo que los seres humanos somos más sensibles a estos colores.

Esto explica porqué muchas señales en las calles son amarillas, y también los camiones de transporte escolar.

El color de la mayoría de los objetos se debe a la luz que reflejan. Los objetos, al ser iluminados, absorben luz de ciertas frecuencias y reflejan luz de otras. Por eso, si un objeto se ilumina con luz blanca, pero se ve rojo, es porque absorbe la mayoría de las frecuencias visibles y refleja la roja. Si el objeto refleja todas la frecuencias visibles se verá blanco. Si absorbe toda la luz que llega a él y no refleja ninguna, se verá negro.

Un foco de filamento emite luz en todas las frecuencias visibles pero con más intensidad en las bajas, por ello realza los rojos. En cambio las lámparas fluorescentes son más ricas en frecuencias altas, por ello realzan los colores azules. Esto explica porqué los colores de un objeto se ven diferentes en la luz natural del sol y bajo una luz artificial.

Tomado del libro Nuestra amiga la luz, Héctor Domínguez, Lectorum, 2002.

Esta entrada fue reproducida por la revista Topsa News y publicada en el número 2009/N°05.